Para relatar cómo he llegado hasta la elaboración de este blog, me tendría que remontar muchos años atrás y, eso en una señorita no queda muy bien. La elaboración de este blog o mejor dicho la creación de esta locura, tiene nombre y apellidos pero mejor dejarlo ahí.
Realmente para lograr licenciarme en psicología he tenido que caminar por un largo recorrido. Primeramente estudié en un pequeño pueblecito, donde realicé la enseñanza obligatoria y el bachiller. Más tarde me vine a la capital a realizar mis estudios superiores.
Mis primeras etapas educativas las recuerdo como un bonito regalo que me brindo la vida y pude disfrutar. Las pequeñas riñas en el cole por el bocata, los exámenes, los maestros, las miradas cómplices con un compañero, las actividades extra-escolares…
Mi etapa en el instituto es como haber vivido en otro mundo, era todo al revés. Ya no tenía la protección del maestro, ya eran profesores, nuevos compañeros, conocer personas que venían nuevas al centro, el aula de teatro, los amigos, la adolescencia, todos los elementos para desequilibrar a una joven muy inquieta.
Cuando llegue por primera vez a la universidad, me perdí. Poco a poco, me tuve que acostumbrar a un mundo nuevo, nuevos compañeros cada uno de un sitio distinto, con sus costumbres, con su vida y, todos teníamos que fusionarnos para formar 1º de Psicología. Tras el paso del tiempo, la carrera universitaria, mi carrera universitaria iba cogiendo forma, ya me quedaba menos para ser una pequeño bruja y poder adivinar el futuro con mi bola de cristal.
En tercero de carrera, conocí a un profesor que me demostraría que la psicología era más que ser una bruja con bola de cristal. Me dio a conocer el trabajo humano de una titulación como esta, por ello estas líneas van para mi psicopatólogo favorito. Entonces comencé a trabajar en el Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria, pudiendo ver de cerca que era ser psicólogo/a.
Ya en el último año de carrera, se presenta una profesora “chicharachera” y nos dice que tenemos que realizar un blog. Después de mucho luchar para ver como se ponía en marcha, descubrí lo bueno que era poder relatar todo lo que no puedes ver en unos cuantos renglones.
Para ir terminando mi relato de cómo llegue a ser lo que hoy soy, describiré lo que he sentido como alumna de esta mi Universidad, muchos veranos estudiando, compañeros/as que nos fusionamos a la perfección, alguna que otra fiesta, los ratos en la cafetería, las risas en el pasillo esperando para ir a la tutoría, los congresos, las cenas, los profesores, las charlas interminables, los compañeros de trabajo, las reuniones para organizar los eventos propios o no tan propios,… y una larga lista que se convierten en imágenes que pasan por mis retinas y se quedan grabadas en mi corazón
Ya se apuran mis últimos cartuchos para conseguir mi última meta y la más ansiada, LICENCIARME
